jueves, 20 de agosto de 2009

El viento zonda

Tu luz, tus labios, los cielos de las rutas que caminamos. A punto de caer me hago parte de tus ojos y tu nombre que se lee en los banderines.
Tu piel que va a ser suave para siempre y los campos que ahora me gustan saben que se hace necesario respirar el viento zonda de tu mano.

El autito amarillo

Estas canciones que ya no son para el árbol de palta ni para las sombras de tu ventana, son para la laguna de epulafquen y para querer vidalas entre nuestros pies, son para mirar el fitz roy desde el autito amarillo.
Sigo creyendo en tus párpados y tu nariz.
Sigo apareciendo entre los cascabeles y los ojalá, vos y tus vientos del sur que refrescan ardores.